¿Por que lamen los perros?

¿Por qué mi perro me lame la cara? o ¿es malo que mi perro me lama? o ¿por qué mi perro lame el suelo? o ¿por qué mi perro lame sus patas o la manta?. Estas preguntas y muchas otras nos llegan a la consulta de la mano de propietarios por esos comportamientos raros de sus perros pero, ¿ese comportamiento es raro?.

El lamido es una conducta canina muy controvertida. Hay propietarios que adoran que sus perros le chupen manos y cara sin fin y otros que no soportan tal comportamiento. Pero, ¿por qué lo hacen?.

A parte de ser controvertida, el lamido es una conducta tan sencilla como compleja. 

El lamido como conducta afiliativa

En primer lugar, puede tratarse de una conducta afiliativa. Una conducta afiliativa es aquella que promueve o mantienen los vínculos y la cohesión social. Podemos decir que tiene su origen en la conducta maternal y sin mucho esfuerzo podemos seguirla hasta la conducta sexual.

Las conductas afiliativas son aquellas que promueven o mantienen los vínculos y la cohesión social entre los individuos de un grupo.

“Manual de Etología Canina” de Pablo Hernández Garzón

Las madres lamen a los cachorros como parte de la estimulación necesaria para que los cachorros orinen o defequen. Por otra parte, una conducta sexual arraigada es el lamido de la zona inguinal (vagina fundamentalmente) como parte del cortejo.

Los cachorros y, los individuos adultos, también mantienen este comportamiento como herramienta de búsqueda de contacto y llamada de atención. Puede darse entre miembros de la misma especie o entre especies diferentes. 

Muchos perros buscarán lamer la cara de sus propietarios cuando estos lleguen a casa como parte del saludo que refleja la alegría por verles de nuevo. También sucede entre perros que se conocen y, en ciertas ocasiones, entre perros desconocidos. 

Por lo tanto, si tu perro te lame la cara cuando llegas a casa después de una ausencia no debes alarmarte. Seguramente se trate de parte de su “ritual de saludo”. 

El saludo como el juego social también se consideran conductas de origen afiliativo.

El lamido como señal de incomodidad

El lamido como señal de incomodidad puede darse hacía otros, hacía el mismo individuo (lamido de los labios, patas, …) o, inclusive, lamido de superficies u objetos. Aquí deberemos de prestar especial atención, en primer lugar porque el perro está intentando comunicarnos algo.

Una señal de apaciguamiento o de incomodidad es una conducta comunicativa que busca informar de la disconformidad con la situación que se está viviendo.

Si tu perro se lame los belfos de manera repetida cuando un niño le está tocando es prácticamente seguro que esa situación le incomode. Nuestra obligación será poner fin a la misma para evitar riesgo de agresión.

El lamido como problema

El lamido excesivo es una conducta anómala que puede llegar a estar ligado a enfermedades como:

  • Enfermedades orales o dentales.
  • Desordenes gastrointestinales.
  • Problemas de origen metabólico o endocrino.
  • Patologías del sistema nervioso central.
  • Ingestión de tóxicos.

Sin dejar de lado que puede tratarse de una conducta compulsiva o repetitiva e, incluso, asociarse a un síndrome de disfunción cognitiva (“Alzheimer canino”).

Por lo tanto, es aconsejable estar alerta si el lamido:

  • Ocupa gran parte del día a día del animal: habitual en perros que pasan tiempo solos. Aunque también podemos encontrarlas cuando el perro se encuentra de manera constante expuesto a una situación de estrés.
  • Es difícil poner fin: No siempre, ya que en numerosos casos buscan la atención del propietario. Por lo tanto, al prestarles atención (el castigo también cuenta) reforzamos la conducta.
  • La realiza en situaciones que, de primeras, no nos parecen coherentes.

En resumen, si tu perro lame más de la cuenta acude a un  etólogo clínico (Veterinario especialista en medicina de comportamiento).

¿Qué hago si no quiero que mi perro me lama?

Debemos partir de la base de que se trata de una conducta natural de nuestro perro y, deberemos de ser respetuosos con la misma. Podemos disminuirla e incluso, llegar a eliminarla. Para ello, deberemos de seguir las siguientes pautas:

  1. Ignorar la conducta.
  2. Premiar el resto de conductas que surjan como sustitución que nos gusten y sean positivas para el animal.
  3. Ser constantes con esta norma en todo momento, nada de excepciones.
  4. Todos los miembros de la familia o visitantes deben de seguirla, nada de excepciones.
  5. Nunca deberemos de castigar. Esto incluye reñir tanto verbal como físicamente.

El lamido NUNCA debe ser castigado.

Nunca deberemos de castigar esta conducta (ni ninguna) porque:

  • Deterioramos el vínculo con nuestra mascota.
  • Provocaremos la supresión de una conducta de comunicación de incomodidad.
  • Propiciaremos la aparición de conductas más ofensivas que pueden llegar a implicar la agresividad.

Si quieres tener más nociones sobre como educar a tu perro te animo a revisar este link y, si tienes más dudas, ponte en contacto con nosotras.

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