¿Qué debo enseñar a mi cachorro?

La educación de un cachorro esta sustenta por dos grandes pilares: Socialización y aprendizaje.

Para conseguirlo, lo primero es asegurarnos de que los primeros días que vaya  a estar nuestro cachorro en casa vayamos a poder dedicarle MUCHO tiempo.

Se recomienda adquirir al perro en un periodo vacacional.

Lo segundo será estar bien informados sobre todas las necesidades que tiene nuestro nuevo amigo. Que los propietarios estemos bien informados es necesario para el establecimiento de una relación positiva y satisfactoria (Clark y Boyer, 1993). 


¿Cómo quedarse sólo?

Podemos decir que atendiendo a las características sociales y conductuales del perro existe una predisposición natural a considerar la separación del grupo como una situación negativa. (Hernández P., 2013). Esto aún se vuelve más traumático tratándose de cachorros que vienen de la rotura del vínculo con su madre. El apego entre el cachorro y la madre es considerado uno de los más intensos (Manteca X., 2009).

Por ello, el desapego debe de ser un proceso gradual a través del cual el perro tendrá que habituarse a la soledad.

¿Qué debo hacer?

  • Promover la autonomía:
    • Premiando todas las conductas que impliquen que el animal no necesite de nosotros.
    • Fomentando el uso de juguetes interactivos.
  • Evitar dejarle sólo por periodos largos de tiempo al principio: para esto se recomienda que la adopción sea en un periodo vacacional.
  • Habituar a la soledad:
    • Preparar un juguete interactivo ya probado, un premio que cueste comer o un puñado de premios pequeños.
    • Buscar una habitación en la que el animal se sienta cómodo.
    • Guiar al animal a esa habitación con juego o con comida.
    • Repartir los premios o dejar el juguete en la habitación.
    • Salir de la habitación unos segundos. Iremos aumentando el tiempo de manera gradual.

Este protocolo es recomendable que lo supervise un veterinario especialista en comportamiento porque puede ser necesaria su modificación. 

¿Cómo hacer pis y caca en su sitio?

A partir de las tres semanas es cuando el cachorro comienza a alejarse del nido para eliminar y a las cinco es cuando comienzan a establecer un lugar más concreto. No será hasta las ocho o nueve semanas cuando las preferencias de sustrato se fijan (Manteca X., 2009). Aquí tenemos el momento idóneo para comenzar el aprendizaje de dicha conducta (Hernández P., 2013).

Otro punto a tener en cuenta es el aguante fisiológico que poseen los cachorros para retener la orina y las heces. No más de tres horas con dos meses y alcanzando su máximo en la adolescencia con unas nueve horas, aproximadamente. Esto condicionara cada cuanto tiempo tendrá que tener el cachorro acceso a la zona escogida para eliminar.

¿Qué tengo que hacer?

  1. Crear una zona de eliminación en la casa lejos de zona de alimentación y de descanso. Siempre ayuda un sitio donde elimine con frecuencia.
  2. Premiar todas las veces que lo haga bien mediante elogios y chuches. 
  3. Nunca castigar cuando lo haga en un lugar equivocado.
  4. Limpiar con detergentes enzimáticos (detergentes de la ropa) para retirar el olor. Otros limpiadores potencian el olor y atraen al cachorro a eliminar en esa zona.
  5. Promover que acierte: Sacarlo o llevarlo a la zona de eliminación en momentos clave como tras despertar o a los 20 minutos de comer. Vigilar las conductas previas como dar vueltas u oler el suelo.

Siguiendo estas pautas en pocas semanas (incluso días) lo conseguiréis.

¿Cómo jugar adecuadamente?

El juego es una conducta tan compleja como importante en los perros. Nos dará para hablar largo y tendido en una entrada a parte. Aquí daremos unas pequeñas pinceladas de lo más importante.

  • Nunca jugar con las manos.
  • Fomentar el juego individual (aumentar la autonomía) con juguetes interactivos. Al principio siempre bajo vigilancia.
  • Crear rutina de juego entre la familia y el perro: tira y afloja, perseguir la pelota o juegos interactivos de mayor complejidad (tipo puzzles).

¿Cómo realizar una buena socialización?

La socialización se basa en adquirir herramientas y conductas con las que comunicarse e interaccionar con miembros de su especie y de otras con las que conviva.

El incremento de la sociabilidad es vital para prevenir futuros problemas de conducta (Riemer S., 2013) y, por lo tanto, necesario para conseguir un comportamiento apropiado en la edad adulta (Scott y Fuller, 1965). El aislamiento y la privación de contacto social durante los primeros años de vida se encuentra asociado a una gran variedad de alteraciones neuropsicológicas o problemas de comportamiento (Battaglia, 2009) como el  miedo o la ansiedad (Plujimakers y col., 2010).

¿Qué hago?

Una adecuada socialización pasa por exponer a nuestro cachorro a estímulos de toda índole:

  • Sonidos
  • Ambientes: Más interesante en ambientes urbanos (coches, motos, bicis, patines,…).
  • Personas: Diferenciando entre mujeres, hombres, niños, ancianos, personas con uniformes, sombreros, bastones, sillas de ruedas,…
  • Perros: Grandes, pequeños y braquicéfalos (tipo bulldog o boxer).
  • Otros animales: Vaya a convivir o no, si tenemos la opción de hacerlo siempre es positivo. 

Nunca debemos forzar al animal.

Esta exposición debe de ser CONTROLADA, GRADUAL y VOLUNTARIA para el animal. Le presentaremos estímulos nuevos poco a poco y valorando su respuesta. Los premios, el juego, las caricias y los elogios nos serán de ayuda para enriquecer la experiencia.

Si el animal muestra alguna señal de incomodidad deberemos de sacarle de esa situación.

Si tienes dudas, ponte en contacto.

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