El miedo a los petardos y, en general, a los ruidos fuertes es una patología del comportamiento muy prevalente.
Son numerosos los animales que la padecen viendo mermado su bienestar. Por lo tanto, el tratamiento de este problema es OBLIGADO si queremos a nuestro bichejo. Acudir a un veterinario especialista en medicina del comportamiento es imperativo en cuanto lo detectemos.
Si acabas de descubrirlo y no te ha dado tiempo de contactar aquí dejamos una infografía con los puntos claves a realizar ante un evento inmediato.
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